domingo, 12 de diciembre de 2010

A la literatura: gracias por darme alas y dejarme volar!


Hoy terminé de leer un libro. ¨Las Grietas de Jara¨ de Claudia Piñeiro me llevó más de lo que debería, por momentos me enganchaba, por momentos no, cuando ¨lo agarraba¨ como se dice vulgarmente me entusiasmaba y quería saber más. Jugó en contra la falta de tiempo, el trabajo, el blog, la radio, los amigos, la haraganería...
A pesar del enganche, que variaba desde que empecé a leerlo, siempre quise saber como era físicamente Pablo Simó, el arquitecto cuarentón que la protagoniza. Casi en igual medida, deseaba saber como era el resto de los protagonistas y personajes secundarios. La descripción que suelen hacer los autores de sus personajes por minuciosa que sea solo nos deja un boceto de rostro, de cuerpo, de look, un identikit...

La literatura, especialmente la narrativa, es como una píldora que activa nuestra imaginación, nos hace volar, nos obliga a pensar, a relacionar una serie de datos como altura, color de piel, etnia, largo del pelo, un lunar en algún lugar específico, la medida del busto o una referencia a la cintura de una dama y darles vida en nuestra imaginación.
Son tan útiles las metáforas como los datos concretos ya que ambos son inciertos para nosotros.
La descripción de un espacio, por minuciosa que sea puede ser miles de lugares.
La mención de un aroma, puede trasladarnos a la infancia, a esos que nunca olvidamos porque nos remiten a los momentos que no volverán; o pueden recordarnos una relación dolorosa, un desengaño amoroso, un dolor.

Les recomiendo un cuento, de Silvina Ocampo ¨Las vestiduras peligrosas¨, es una historia de esas que te parten la cabeza, se te meten profundo y te la revolucionan. Está incluído en ¨Silvina Ocampo - Cuentos Completos II¨ de Editorial Emecé.
Léanlo y traten de imaginar como es la osada Artemia y digo como es, porque en la literatura nadie es pasado, todos son ahora, son el momento en que los vamos conociendo. Y Régula? Como es esa mujer que gusta que la llamen Piluca? Y como funcionan ellas dos juntas, como se ven? Como las vemos nosotros? Las vemos como Ocampo las imaginó?
Para muestra basta un botón, dicen: ¨Un enorme ventanal ofrecía el cielo a mis ojos, una regia máquina de coser eléctrica estaba a mi disposición, un maniquí rosado traído de París, que daban ganas de comerlo, una tijera grandota, que parecía de plata, un millón de carreteles de sedalina de todos los colores, agujas preciosas, alfileres importados, centímetros que eran un amor, brillaban en el cuarto de costura. Una habitación que con sus utensilios de trabajo no parece nada, pero es todo en la vida de una mujer honrada.¨
Podemos imaginar ese lugar? Un lugar con agujas ¨preciosas¨ y que, simultáneamente, es todo en la vida de una mujer honrada... Mi mente vuela, conozco, a Dios gracias, muchas mujeres honradas, pero trato de imaginarme una que pueda adjetivar como preciosa a una aguja... Y finalmente me la imagino, puedo visualizar su aspecto, su edad y hasta como siente ese espacio como para describirlo de esa manera.

Será por todo esto que tantas veces consideramos que el Cine no hace honor a los textos? Qué vemos una película y salimos desconformes?. Quizá el director de arte no ¨captó¨ como nosotros el concepto de ¨centímetros que eran un amor¨...

Ahora estoy leyendo ¨Dos Hermanos¨ o ¨Villa Laura¨ la novela de Sergio Dubcovsky en la que se inspiró el hermosos film de Daniel Burman que protagonizaron magistralmente Antonio Gasalla y Graciela Borges y me resulta inevitable que esos personajes sean en mi mente ¨esos¨ actores y me pregunto, si de no existir la película lo serían.

Por todo eso, por ayudarme a imaginar, por dejarme volar, por darme poco y ayudarme a conseguir tanto por mi mismo, solo puedo decir, Gracias literatura! Gracias de verdad!