A partir de la sanción de la ley y su publicación en el Boletín Oficial de la República Argentina, todos quienes así lo deseen podrán solicitar que se modifiquen sus datos filiatorios (sexo y nombre de pila) en su Partida de Nacimiento y en el resto de los documentos que lo identifiquen sin necesidad de demostrar haberse intervenido quirúrgicamente o el haberse sometido a tratamientos hormonales, médicos y/o psiquiátricos.
De esta manera las personas trans logran unificar su género, su apariencia y su identidad en el plano legal.
Según la Guía para Comunicadoras y Comunicadores elaborados por la Asociación de , Transexuales y Transgéneros de la República Argentina y la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans se define como GENERO a la construcción social (papeles, roles, comportamientos, caracteres, vestimenta y otros usos y costumbres) que puede corresponder a una asignación sexual normativa (varón/mujer) o a otro tipo de construcción social no normativa.
De esta forma quienes a pesar de haber nacido con genitales de un sexo se sientan identificados con un género diferente, a partir de la sanción de esta ley podrán aunar su sentir con el resto de las cuestiones que definen al género como la vestimenta, el rol y, lo más importante, toda la documentación que lo acredite como tal.
Y en el día a día? Cómo se refleja tan importante avance en el Derecho a la Identidad?
A partir de ahora los hombres y mujeres trans y quienes deban interactuar con ellos ya no se expondrán a la incomodidad que suele generarse al detectar una incongruencia entre la apariencia y lo que refleja un DNI.
Si bien desde las últimas elecciones ya no existen las mesas de hombre y mujeres, podemos imaginar el difícil momento que debían enfrentar las personas que se identifican con un género diferente al de nacimiento cuando una mesa de entre 3 y 6 personas debe identificarlo con un nombre que no los representa.
Hechos similares podían vivirse al pedir un turno en un hospital, al presentar un currículum vitae en la búsqueda laboral, al solicitar la tarjeta SUBE y tantas otras.
Cuántos de nosotros, quienes no somos trans hemos debido exponer nuestra intimidad al realizar cualquiera de estos trámites?
Para hacernos una idea deberíamos imaginarnos como sería hacer la cola en las cajas del supermercado en ropa interior y que todos vean si nos gustan los slips, los bóxers o los calzoncillos largos, o ninguno ...
O que en la ficha de ingreso a un trabajo debamos completar los apartados "Lugar de nacimiento", "Nombre de los hijos" y " "Fantasías sexuales mas frecuentes".
Me imagino lo incómodo que nos resultaría al inscribirnos en un Instituto Terciario de cualquier especialidad que nos soliciten indicar tamaño del pene o en el caso de las damas medida de busto, cintura y cadera...
Estos ejemplos que suenan graciosos no creo que alcancen mínimamente a representar el sufrimiento de tantos hombres y mujeres que habitan nuestro país al verse obligados a exponer cuestiones que no solo no los representaban como personas sino que los lastimaban, los humillaban y los convertían en ciudadanos de segunda categoría solo por "ser ellos mismos.
Nuestra Sociedad ha dado un gran paso y, si como dicen siempre, "tenemos los gobiernos que nos merecemos" a mi no me cabe dudas que el tiempo nos está dejando " tener los derechos que todos nos merecemos".